* Nuestros abuelos

LOS  JUEGOS  DE  NUESTROS  ABUELOS

 

La gallinita ciega   por  Raquel Muñoz
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Este era uno de los juegos que más le gustaba a mi abuela.

Para jugar a este juego se necesita un trapo, un lugar con espacio y todos los jugadores que se quieran.

Este juego consiste en que a uno de los niños que vayan a jugar, se le tapen los ojos con el trapo para que no pueda ver. Cuando tenga el trapo puesto, se le dan diez vueltas al niño para que sea más complicado encontrar a sus compañeros. Para terminar, los demás niños le hablaban al que pillaba y se movían de sitio para que no les pillen. Pero, si el que tenía los ojos cerrados le pillaba a alguien, tenía que adivinar con los ojos tapados quién era. Si lo adivinaba se la quedaba el niño al que le había pillado, y si no se la volvía a quedar el mismo.

Este juego es también muy bueno para divertirte con tus amigos. Lo bueno es que antes y ahora se sigue jugando a este juego.

Las piedrecitas   por  Haizea Suárez

¿Sabéis a que jugaban mis abuelos cuando eran pequeños? Practicaban muchos juegos que ahora ya no se juega, pero el preferido de mi abuelo era “las piedrecitas”. Ahora os voy a enseñar cómo se jugaba a este juego tan peculiar.

1.  Puedes jugar con tantos amigos como quieras. Entonces, uno de los jugadores tiene que coger una tiza y hacer unos cuadros con números en su interior.

2.  Después el mismo jugador que haya hecho el circuito debe coger una piedra pequeña y tirarla para que caiga encima de los cuadrados.

3.  Si la piedra ha caído en medio de dos cuadrados, el mismo jugador que ha tirado la piedra debe cogerla y volver a tirar; pero, si la piedra cae dentro de un cuadrado, el jugador debe saltar a la pata coja por encima de los cuadrados hasta llegar al cuadrado donde estaba la piedra.

4.  Cuando ya haya llegado al cuadrado donde estaba la piedra, tienes que cogerla y volver a tirar de nuevo desde el sitio en el que estabas, hasta que la piedra llegue al último cuadrado. Cuando la piedra ya ha llegado al último cuadrado, debes dar una vuelta entera a ese cuadrado hasta donde esté tu piedra.

Y así es como se juega a las piedrecitas, un juego muy divertido y entretenido.
Las canicas      por   Marina García  

¿Sabéis a qué jugaban antes nuestros abuelos?  Pues ahora os voy a contar uno de sus juegos.

 

Para jugar se necesitan canicas y pueden participar varios jugadores. También se necesita una tiza para hacer marcas en el suelo. Con la tiza se marca un recorrido o un circuito en el suelo.

 

 Se coge una canica y hay que darle empujones con el dedo para llegar hasta el final del recorrido. Se hacen unos agujeros en el suelo para que la canica se meta un poco, para que no se mueva y así poco a poco poder llegar hasta el final. Si una canica choca contra la de otro jugador, se vuelve a empezar desde la salida.

Gana el primero que llega hasta la meta sin salirse del recorrido.

 El cinto    por   Sara Bargiela

¡ Qué distintos son los  juegos de ahora y los que jugaban los abuelos y abuelas!

Yo voy a explicar uno llamado “el cinto” al que jugaba mi abuelo con sus amigos y sus primos.

Para jugar al “cinto” , como la palabra indica, se necesita un cinto y un mínimo de tres personas para jugar mejor y para que sea más divertido. Cuantos más participantes haya mejor.

Mi abuelo solía jugar en una calle estrecha que desembocaba en un gran patio con altas hierbas.

Uno de los jugadores escondía el cinto en el patio y después se apartaba. Los demás participantes tenían que buscarlo entre la  hierba.
Las chapas    por  Paula Villadangos 

 A este juego que voy a explicar jugaban mis abuelos cuando eran pequeños. Podían jugar todos los jugadores que quisieran. Se jugaba con una chapa cada participante. Se hacía un camino con una tiza en el suelo con una salida y una meta.

Con un dedo se le daba un pequeño empujón a la chapa. Sólo se podía dar un empujón en cada turno. Si la chapa se salía del camino ese jugador volvía a empezar desde la salida. 

El primer jugador que llegaba la meta era el que ganaba.

 

 

       La boyana    por  Leandro Galípolo

 

Mis abuelos jugaban en el suelo con cinco piedras pequeñas. El juego consiste en ganar los seis niveles, antes que los demás.

En el primer nivel hay que coger las cinco piedras, tirarlas  al aire e intentar que caiga como mínimo una piedra en el dorso de la mano. Las piedras que se te hayan quedado en el dorso de la mano, las tiras al aire y las coges sin que se caiga ninguna al suelo. Si cae alguna, pierdes y pasas de turno. Por ejemplo: si se te han quedado dos en el dorso de la mano las debes ir tirando hacia arriba y coger las del suelo.

En el segundo nivel hay que hacer lo mismo, pero en vez de coger las piedras de una en una, se cogen de dos en dos.

En el tercer nivel lo mismo pero de tres en tres. En el cuarto nivel lo mismo, pero de cuatro en cuatro. En el quinto nivel hay que hacer lo mismo, pero en vez de coger las piedras, tienes que cruzar el dedo índice y el dedo corazón e intentar pasar las piedritas sin que se caigan las piedras que tienes en la mano.Y por último en el sexto nivel, pones todos los dedos en el suelo en forma de las patas de araña e intentas pasar cada piedra entre ellos.

 

La tanga    por  Jon Casas 

Para participar en el juego se necesitan un aro de hierro y un palo que se llama «tanga».

Pueden jugar como máximo ocho jugadores y como mínimo, dos jugadores.

El juego consiste en tirar los aros lo más cerca posible de la tanga. Cada jugador coloca al lado de la tanga lo que tenga para apostar, por ejemplo : dinero, cromos, juguetes…

Gana el jugador que lanza el aro y se queda a menos distancia de la «tanga».

 

 El bote   por Ariane Fernández

 

Voy a contar cómo jugaba mi abuela al «bote». El domingo estuve hablando con ella sobre los juegos que practicaba cuando era niña.

Primero se necesita una botella y un cinturón. Pueden jugar todos los  participantes que quieran.

Cuando estén todos los participantes, uno de ellos tirará la botella  y  al participante que  le señale la botella será quien tendrá  que  quedársela.

 

El participante que  se la quede tendrá que contar hasta cincuenta, mientras los demás jugadores se esconden.

Cuando el participante que se la ha quedado termina de contar, tiene que ir a pillar a los demás.

Los demás se pueden librar tirando la botella con una patada y gritando “¡Bote!” . Entonces todos los participantes que no se hayan librado se librarán. Gana el participante que se la queda  pero si le “ha dado”, todos los participantes se libran y se la quedará  el mismo participante que en la partida anterior.

Se la queda para la siguiente partida  el que le «hayan dado» el primero.